Agua y engaño de la mano

No entiendo de previsiones, no soy gerente de nada, no tengo mucha idea de cómo se administran los recursos naturales para que viertan en una población, no estoy muy familiarizada con las estadísticas, no sé muy bien de que van las historias políticas cuando se trata de empresas municipales, pero si sé que el problema del agua hoy en día en Ceuta es un fraude en toda regla, y que ya está bien de que nos tomen el pelo.

Ceuta siempre ha sido una ciudad muy rica en agua, su subsuelo lo demuestra cada vez que hay alguna obra o alguna excavación. El por qué no se puede aprovechar, lo desconozco, pero como dato ahí queda. Luego están los pantanos, que bien es verdad que si no llueve, no sirven para nada, pero precisamente si algo hemos tenido desde hace más de un año han sido lluvias y además torrenciales. ¿Dónde está esa agua? Seguramente habrá pérdidas, y algún que otro interés en no arreglarlas, de lo contrario, no hay explicación razonable.

Y ya por último está la Desaladora. Qué bonito fue el cuento, más o menos como el de la lechera, y ha quedado en eso, en cuento. Una desaladora es una fábrica de agua obtenida directamente desde el mar tras un proceso que la convierte en apta para el consumo humano y el uso industrial agrícola. Es la principal baza de la nueva política de aguas. Y así nos lo contaron y nos lo vendieron, pero la realidad fue que desde sus comienzos jamás ha funcionado al 100%, no se sabe muy bien la causa o no han querido informarnos nunca. Por culpa de eso, el gobierno de la ciudad, cada vez que ha habido problemas con el abastecimiento del agua , ha ido contándonos películas de ficción como: proyectos de ampliación de la misma, proyectos para terminar con las fugas de agua, proyectos para un nuevo colector general, proyectos y más proyectos. Pero nunca se han puesto manos a la obra para arreglar de una vez por todas esa avería que arrastra desde su inauguración.

Realidades, sólo una, que al final volvemos a negociar con empresas navieras para transportar agua. De vergüenza. Ya está bien que este pueblo tenga que pagar siempre la incompetencia de los dirigentes tanto políticos como de la empresa municipal Acemsa.
Eso se traduce en subidas espeluznantes en la factura del agua, y encima tenemos carencia de ella. Al final, el Gobierno central, tendrá que hacerse cargo del gasto del buque-aljibe y aquí no ha pasado nada. Bueno sí pasa; que pretenden que nos volvamos todos mucho más creyentes y a la vez mucho más bobos, porque la única solución es que nos encomendemos al Santísimo para que llueva, y llueva y llueva…