domingo, 2 de agosto de 2009

Tequila forever


Anoche se paró el reloj. Muchas personas nos transportamos en el tiempo y volvimos al pasado. Por unos momentos, nos reconocimos en los 70 y principios de los 80. Todos coincidíamos en un mismo lugar, con la misma gente que nos enseñó a ser contestatarios, rebeldes, alegres, inquietos, rockeros, en definitiva , nos enseñó a ser jóvenes con ansias de cambio y hambre de democracia.

Todo esto fue posible durante la actuación de TEQUILA. Ese grupo que a mediados de los 70 surgió en el panorama musical en el contexto de la movida madrileña, y al que nos enganchamos tantos y tantos jóvenes. Tienen una música diáfana y unas letras que invitan al disfrute en general. Suenan muy bien en directo y no han cambiado mucho físicamente, el paso del tiempo los ha respetado dentro de lo que cabe. Sólo viven tres de aquel grupo, dos de los cuales siguen en él: Alejo y Ariel. Parece que se les encendió una lucecita que les avisó del peligro del tonteo con las drogas y se retiraron a tiempo. No corrieron la misma suerte los otros compañeros y finalmente cayeron en las garras de esa cruel enfermedad llamada sida que se los llevó.

Disfrutamos todos los que estábamos y ellos también. Echando una ojeada al público se veían pocos jóvenes cronológicos, pero muchos de espíritu y de entrega. No podemos olvidar que ellos también vinieron a España huyendo de la dictadura argentina, y aquí participaron activamente en el desarrollo de los primeros años de democracia con sus letras y su manera de comportarse. Por lo tanto, no sólo son un grupo musical que guste más o menos, sino que son uno de los iconos que movían a la juventud de aquellos años.
Esa juventud que había estado encorsetada y que buscaba espejos en los que mirarse para dar rienda suelta a los sentimientos y a los ideales.

Por eso anoche se paró el reloj. Y cuando comenzó a funcionar nuevamente, nos dimos cuenta de que han pasado muchos años pero la esencia está ahí, y que tanto ellos como nosotros, hemos crecido y hemos reforzado todo lo que empezamos a construir. Seguimos aquí, con las mismas ganas de participar y luchar por todo lo que creemos justo. Y sólo se me ocurre decir lo mismo que dice ese precioso bolero que cantaba Armando Manzanero: “Habrán pasado los años, pero el tiempo no ha podido hacer que pase lo nuestro”.

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