viernes, 17 de julio de 2009

Mujer, no lo consientas


Parece que nos estamos casi acostumbrando a escuchar diariamente noticias sobre víctimas mortales por la violencia de género. Cada día nos levantamos con una o más mujeres que han perdido la vida por esta causa. Es inaudito que conforme más avanza la sociedad, haya tantos hombres retrógrados que piensen que la mujer es una propiedad que les pertenece, y que prefieren quitarles la vida antes de que los abandonen. Una de las últimas víctimas ha sido una vecina de nuestra ciudad. Bien es verdad que Ceuta no es un lugar donde haya muchas muertes, afortunadamente en unos años sólo ha habido dos casos, pero maltrato si hay, y mucho.

Las mujeres que lo sufren, están inmersas en un infierno del que no saben como salir, a pesar de la cantidad de información que hay en la actualidad, porque no se sienten seguras en ningún lugar. Algunas piensan que quizás no sean merecedoras de un mejor trato, porque es tanto el lavado de cerebro que le hacen diariamente que disculpan a sus parejas de forma continuada. También hay quien los justifica porque son alcohólicos, o porque creen que tienen un estrés laboral, o problemas económicos que hacen que se vuelvan agresivos. En otros casos, mezclan la conducta con los celos. Pero hay que hacerles entender que no hay justificación posible para que una persona agreda a otra brutalmente ni levemente siquiera, porque hay muchos alcohólicos que no tienen problemas con amigos, ni con familiares, ni con sus jefes, ¿por qué tiene que tenerlos con su pareja? Tampoco es excusa el desempleo, o cualquier otra cosa.

Es normal, que cuando ocurre por primera vez, se sientan confusas y desorientadas, y que no comprendan lo que sucede, y se aíslen de la sociedad e incluso de la familia para esconder los hechos, pero tienen que reaccionar porque de lo contrario, esto desemboca en un estallido final que ya no tiene solución y que se paga en la mayoría de los casos con la vida. Por eso hay que enseñarlas a denunciar, a perder el miedo, a que se valoren, a que entiendan que no son propiedad de nadie y que nadie las puede retener y mucho menos con violencia.

Estamos hartos de escuchar que lo más importante es la prevención, pero por mucho que se repita, no es suficiente. Hay que volver a repetirlo hasta la saciedad. Tenemos que empezar a inculcar a los niños y niñas que los papeles sociales han cambiado y que por tanto las relaciones entre hombre y mujeres ya no son las mismas. Hay que tomar conciencia que cualquiera puede prevenir y evitar una situación violenta denunciando. Hay que perder el miedo.

Las mujeres ya no están solas. Gracias a este Gobierno, están protegidas por la Ley (Ley de Medidas de Prevención y Protección integral contra la Violencia de Género), y deben darse cuenta de ello. Pueden denunciar en dependencias policiales, en Juzgados de Violencia sobre la Mujer, o en su caso en el Juzgado de Guardia. Es muy importante que lo sepan, y que expliquen claramente los hechos con todo lujo de detalles. Y si es necesario, acudir al Centro de Salud para que valoren el estado físico y emocional. Tienen derecho a un abogado de oficio específico de violencia de género.

Tienen que saber que también pueden conseguir órdenes de alejamientos, salidas obligatorias del agresor del domicilio familiar. Y si ya temen por su integridad física o por la propia vida, hay centros de acogida en los que se les ofrecen protección. Además en el Parlamento Europeo se están dando pasos para la existencia de una directiva europea contra la violencia de género. Pero sobre todo, tienen que aprender a ver que ellas no tienen la culpa de nada, a valorar sus propias ideas, a saber a qué se debe renunciar por amor y a qué no. Y sobre todo, saber que nada ni nadie, tiene derecho a anularla como ser humano. Esto es una cadena que ya no puede ni debe pararse, y los eslabones los tenemos que reforzar entre todos. Es un problema social.

Quizás llegue el día en que cuando leamos la prensa no haya ninguna noticia relacionada con este tema, pero como eso es una utopía porque siempre habrá energúmenos que se creerán con derecho a imponer sus ideas mediante la violencia, vamos mientras, a poner de nuestra parte y a utilizar todos los medios sociales y judiciales a nuestro alcance para erradicar este mal tan afianzado en esta sociedad.

Y ya sabes mujer: cuando en lugar de un hogar hay un infierno, en lugar de amor hay dolor y quien te prometió protección ante Dios o ante un juez, te produce terror, no hay la menor duda, estás ante un caso de violencia de género. Reacciona antes de que sea demasiado tarde.

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