lunes, 29 de junio de 2009

Gracias Papá


Hace quince años que no pronuncio la palabra más bonita y más cariñosa que una mujer puede decir: “Papá “. La pienso, la siento, pero no puedo pronunciarla porque falta la persona a la que iba dirigida, y es que cuando te falta alguien, puedes nombrarlo, pero no puedes dirigirte a él.

Ya ha pasado mucho tiempo, y sin embargo, te recuerdo cada vez más. Con los años, la angustia que me oprimía el pecho y la garganta y de la que pensaba jamás iba a poder dejar atrás, ha pasado a una conformidad placentera. Te recuerdo sonriéndome, advirtiéndome, protegiéndome y sobre todo queriéndome. Han pasado muchas cosas desde que te fuiste. La vida ha cambiado mucho en general, y la mía muchísimo en particular.

No he podido sentarme a tu lado para contarte mis avatares diarios, y tú no has podido ser protagonista de nada de lo que me ha ido sucediendo, pero siempre me he sentido protegida en la distancia, como si desde allí tuvieras poder para tenderme unas alas en el momento preciso y no dejar que me hundiera del todo.

Te fuiste rápidamente, ni siquiera tuvimos tiempo de decirte adiós, parece que desde el más allá tenían mucha prisa por tenerte con ellos. Hasta para eso fuiste discreto. Por todo ello, te doy las gracias, porque aún sin tenerte, te tengo. Y porque sé que estás tranquilo, esperando sin prisa para cuando nos llegue el momento del reencuentro.
Sólo de dos cosas estoy completamente segura. Una de que llegará el día en que otra vez te tenga a mi lado para poder decirte Papá de nuevo; y otra, de que has sido el hombre que más me ha querido. Con eso me conformo. De nuevo, Gracias.

0 comentarios:

 
;