sábado, 9 de mayo de 2009

Por fín se hace Justicia contra la represión sexual



Hoy me apetece escribir sobre Antonio Ruiz. Si comienzo diciendo que por fín este hombre ha sido resarcido por su injusto paso por la cárcel en el pasado, imagino que casi nadie sabe de que estoy hablando; pero si digo, que Antonio Ruiz, es el primer indemnizado por el Gobierno, por haber sido encarcelado por su condición sexual, ya la cosa cambia.

Es una gran noticia, y es el reconocimiento de la justicia ante la injusticia de la represión que se ha sufrido en España no hace tantos años. No es el único, pero es el primero, de ahí su resonancia mediática. Antonio Ruiz, fue detenido cuando contaba 17 años de edad, por cuatro policías, y pasó tres meses en prisión por homosexual. Él, como tantos otros, sufrió la barbarie de la incompresión franquista y por tanto sus consecuencias, lo único que lo diferencia de muchos, ha sido su pertinaz lucha por conseguir un reconocimiento y un resarcimiento ante tal brutal proceder.

Otro caso entre tantos muchos, pero quizás más conocido por ser cantante fue el de Miguel de Molina. Artista coetáneo de Concha Piquer, que simplemente por ser homosexual, fue apaleado por tres individuos identificados como policías tras una actuación. Se fué a Buenos Aires, huyendo de estas barbaridades, pero un día una orden de la Embajada Española para que abandonase Argentina, inicia sus problemas por su condición de homosexual. Acabó exiliado en México.

El franquismo fue una época muy dura a todos los niveles. Tenía Leyes que son difíciles de comprender, como la de Vagos y Maleantes, que trataba de limpiar las calles de supuestos pervertidos, claro que hay que ver lo que el régimen entendía por pervertido. Hasta 1954, la represión de la homosexualidad no había estado entre los objetivos del régimen de Franco, pero esto cambió con la modificación de la Ley de Vagos y Maleantes de ese año. Esta Ley unió al castigo, la filosofía de la “defensa social” y la “curación” del presunto delincuente. O sea, como si fueran un peligro para la sociedad del que hay que defenderse, y encima enfermos, y supongo que catalogados de infecciosos por la forma en que los trataban.

Lo que estas personas tuvieron que sufrir es inimaginable. La policía y la prensa los llamaba despectivamente “violetas”. Eran condenados a varios años de prisión, recluidos aparte y torturados solo por ser homosexuales. Es una época de nuestra historia esta del franquismo que no debemos olvidar para que no se vuelva a repetir. Lástima que algunos textos la nombren como de paso, y por culpa de ello, muchos de nuestros hijos sólo sepan que Franco fue un Jefe de Estado que tuvo España, pero sin conocer el alcance tan nefasto de su duradero mandato.

Así. mientras iban transcurriendo los años, y España caminaba hacia la Democracia, varias decenas de presos seguían pudriéndose en la cárcel simplemente por su orientación sexual y aún hoy siguen esperando una reparación moral y económica similar a la que han recibido las víctimas políticas de la dictadura .

En el caso de Miguel de Molina, el gobierno de Felipe González, le otorgó la orden de Isabel la Católica reconociendo su contribución personal al mundo del arte en España.Y en lo que respecta a Antonio Ruiz, ha sido indemnizado con 4.000 euros por el tiempo que estuvo encarcelado. No es gran cosa, pero tampoco fue de los que más sufrió. Lo que sí es el pionero de una serie de personas que por justicia tienen que ser indemnizados y reconocidos por haber sufrido un daño sencillamente por su condición sexual.

Nos tenemos que alegrar de que este gobierno reconozca estas cosas, y a la vez tenemos que tener muy presente el pasado reciente para evitar que alguna vez suframos un retroceso. Siempre hay que mirar adelante y más en temas sociales. Por eso hoy estoy alegre. Algo se ha logrado. Como por ejemplo abrir un periódico y leer esta noticia que demuestra que la Democracia goza de muy buena salud en esta España nuestra que tanto la necesita.

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