Leyendo la prensa, he visto que la Iglesia quiere utilizar la Semana Santa como medio de protesta contra la reforma de la Ley del aborto. Increible, pero cierto. Está perdiendo los papeles a una velocidad de vértigo. Tienen su poder de convocatoria en sus homilías; en sus declaraciones mediante sus obispos; en el apoyo incondicional de todos los católicos extremistas; de algún que otro partido político. Recursos no le faltan para convencer y querer imponer sus ideas, por tanto, lo que no me parece lógico es que utilicen hasta las más sagradas fiestas religiosas y populares para llamar más aún la atención.
Lo único que se puede provocar con esto, es un enfrentamiento entre Hermandades, pues cada una tendrá cofrades con distintas ideologías que tendrán su opinión al respecto, pero al menos que yo sepa, no mezclan la Semana Santa con la política . Está fuera de lugar manifestarse a través de ellas. Es un problema ajeno que puede ensombrecer tristemente esta celebración.
Ya es el colmo. Vale que la Iglesia, cada día más retrógrada y dictadora esté en desacuerdo con lo que un gobierno proponga o legisle acerca de temas relacionados con la vida y se rebele, y utilice todos los medios a su alcance para mostrar su disconformidad; pero otra cosa es que se utilice a cofradías durante la Semana Santa para que con símbolos demuestren su apoyo en un tema tan delicado como es el aborto.
¿No se dan cuenta que por mucho que reformen la ley, e incluso si pusieran el aborto libre, no va a cambiar nada? La mujer que decide abortar, abortará, y la que no está de acuerdo no lo hará. Eso siempre ha sido así, con la ley del aborto, y sin ley. Lo único que cambia es el estado y condiciones en las que se hace.
Nosotras, por ser personas, tenemos la razón que nos distingue de los animales, por tanto, tenemos la capacidad de decidir sobre nuestra vida, y sobre las vidas que queremos dar. Dejen que decidamos, que nos equivoquemos o no. Lo único que debe juzgarnos, es la propia conciencia.
Lo único que se puede provocar con esto, es un enfrentamiento entre Hermandades, pues cada una tendrá cofrades con distintas ideologías que tendrán su opinión al respecto, pero al menos que yo sepa, no mezclan la Semana Santa con la política . Está fuera de lugar manifestarse a través de ellas. Es un problema ajeno que puede ensombrecer tristemente esta celebración.
Ya es el colmo. Vale que la Iglesia, cada día más retrógrada y dictadora esté en desacuerdo con lo que un gobierno proponga o legisle acerca de temas relacionados con la vida y se rebele, y utilice todos los medios a su alcance para mostrar su disconformidad; pero otra cosa es que se utilice a cofradías durante la Semana Santa para que con símbolos demuestren su apoyo en un tema tan delicado como es el aborto.
¿No se dan cuenta que por mucho que reformen la ley, e incluso si pusieran el aborto libre, no va a cambiar nada? La mujer que decide abortar, abortará, y la que no está de acuerdo no lo hará. Eso siempre ha sido así, con la ley del aborto, y sin ley. Lo único que cambia es el estado y condiciones en las que se hace.
Nosotras, por ser personas, tenemos la razón que nos distingue de los animales, por tanto, tenemos la capacidad de decidir sobre nuestra vida, y sobre las vidas que queremos dar. Dejen que decidamos, que nos equivoquemos o no. Lo único que debe juzgarnos, es la propia conciencia.
La Semana Santa es el momento que los creyentes viven la Pasión de Cristo reflexionando sobre lo que sucedió en aquella época. No es un instrumento de protesta para una Ley. No nos la estropeen, por favor.
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