jueves, 24 de diciembre de 2009

El Espíritu Navideño



En estos días de lluvia y viento en los que casi no se puede pisar la calle sin temor a volver con un resfriado de narices, estar en casa haciendo los dulces típicos de estas fiestas o preparando la suculenta comida de nochebuena es de lo más común. La Navidad es lo que tiene. Todo tradición. Y por supuesto, que no falte el espíritu navideño.

Para mí particularmente, es una fiesta por la que procuro pasar de puntillas, no me siento bien, porque me acuerdo mucho de las personas que no tengo a mi lado y eso me produce una profunda tristeza, pero como todo en la vida, la navidad no pide permiso, entra en los hogares quieras o no, a través de las compras, o de los medios de comunicación que nos bombardean contínuamente, con anuncios y noticias relacionadas con ella, así que no podemos elegir, llegan, las quieras o no.

Así que ya que estamos, la predisposición a ser mejores y más solidarios viene sola, no hace falta condicionamientos externos, aunque si los hay, mejor que mejor, porque así se refuerza nuestro lado más humano. Me doy cuenta que me toca más directamente todo lo que tenga que ver con las miserias humanas, que son muchas, pero que en estos días por todos lados se encargan de mostrarnos y recordarnos. Sí, hay muchísima gente que lo está pasando mal y que por ser días especiales necesitan más ayudas aún.

Entonces me acuerdo de mi adolescencia, en la que todos éramos tan idealistas y soñábamos con un mundo que nos ilusionara y nos ayudara a realizarnos. Y me acuerdo de la gente que nos sacudía por dentro con sus mensajes escritos o a través de canciones, y pienso que no he cambiado tanto, y que aunque el paso de los años te da otra visión del mundo y una forma de afrontar la vida distinta a la que pensabas, improvisando según lo que te vaya sucediendo; la esencia de cómo me gustaba que fueran las cosas es la misma. Y sigo siendo una idealista en una sociedad a veces brutal en su comportamiento. Y me alegro de seguir siéndolo aunque la mayoría de las veces navegue contra corriente.

Por eso en estas fechas en las que todos tendemos a estrechar lazos fraternales, me acuerdo de una poesía de Gabriel Celaya, que para mí refleja el verdadero espíritu navideño.

Justicia Elemental

Considerando en serio que a unos les faltan dientes,
que a otros les faltan uñas
y que, en general,
la vesícula biliar
les duele a los millonarios y es un lujo mortal,
cambiemos el régimen,
seamos racionales:
Que los que tengan dientes, muerdan;
que los que tengan uñas, arañen a rabiar,
y que, en general,
el champán y la vesícula biliar
sean un patrimonio de toda la humanidad.

2 comentarios:

.... dijo...

No cambies...

Feliz navidad...

Paseando por Ceuta

Caballita dijo...

Mística... pásate a leer los comentarios en tu tema "Nuestros Mayores"... ¡Todo tiene un por qué en esta vida!

 
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