San Antonio Bendito

San Antonio, fiesta local en Ceuta por ser nuestro patrón. Día muy importante en el que mucha gente participa en una romería que llega hasta la ermita. Disfrutan de una misa, del reparto de comida, hoy debido a la tan comentada crisis, será bocadillos y refrescos, dejando en el recuerdo la sabrosa paella de años anteriores.

Todos hablamos del Santo, elogiamos su vida, le tenemos sobre todo aquí una fé especial, pero hace mucho que no escucho hablar de algo que se le atribuye a San Antonio en Ceuta, y es la creencia de que si una mujer "pasa el culo por la piedra" se casa con toda seguridad. Me imagino que ahora con los tiempos que corren, ya no lo hará nadie o casi nadie, pero antes era una costumbre muy arraigada en la que también participaban peninsulares.

Es una tradición muy antigua. Mi abuela lo comentaba, también mi madre, y yo la viví. Bien es verdad que hace mucho tiempo que me desligué de todo lo que ser refiere a cosas relacionadas con la Iglesia en general, por lo que no sé si seguirá formando parte de la tradición ceutí o ha pasado a ser historia. El hecho en cuestión consistía en que dentro de la ermita, delante de la imagen y debajo de una gran alfombra, hay o había unas losetas que creo recordar tanían forma de cruz, y resaltaban sobre las demás; y según contaban toda mujer que pasara el culo por ella se casaba.

Todos sabemos que hasta hace relativamente poco, la mujer era educada para ser esposa y madre ante todo, por tanto, ante la duda de que por culpa del físico, del carácter, o cualquier otra cosa, alguna chica no pudiera lograr ese objetivo, ahí estaba "la piedra", era un método infalible, y ya se sabe, una ayudita extra nunca viene mal...

Yo, como tantas otras niñas, probé la experiencia, nunca entendí por qué, pues no tenía edad para estar desesperada por casarme (creo recordar que tenía 13 años), ni mi mentalidad ya entonces era esa, pero creo que la curiosidad de la edad lo requería. Recuerdo que era un día normal de verano, en el que decidimos subir por los alrededores de San Antonio tres amigas y yo. Estuvimos jugando y correteando por los pies de Franco, que nos servían para reirnos del tamaño de los mismos (ya apuntaba yo maneras en esa época), y entre juegos, decidimos entrar en la ermita. Al ver que no había nadie, levantamos entre risas la alfombra y las cuatro amigas hicimos el famosos ritual del "restriegue". Nuestra sorpresa fue que estábamos tan atentas y embuídas en el acto que no nos dimos cuenta que llegaron dos señoras de mediana edad, y al vernos comenzaron a regañarnos. Una de ellas nos dijo:"hay que ver las niñas tan chicas y refregando el culo por la piedra, eso lo hacen las mayores que lo necesitan, vosotras ya tendreis tiempo".

No se lo perdonaré nunca. Durante toda mi vida resonará la voz de aquella mujer reganándonos, pero no por lo que nos dijo, sino porque esa buena mujer ya podía haber entrado un rato antes, y haber evitado que las cuatro niñas que éramos entonces, entráramos en la estadística de las bodas certeras. Por supuesto, las cuatro nos casamos, unas antes, otras después. El resultado me lo callo... por eso no le perdonaré nunca el retraso en llegar a la ermita.

No sé si seguirá la tradición, como anécdota está bien, pero yo aconsejo a las mujeres que no lo hagan por si acaso... no hay que tentar a la suerte...