domingo, 22 de febrero de 2009

La Lengua Materna


Otra vez están confundiendo nacionalidad con religión. Una cosa es ser español, inglés, alemán, francés, o marroquí, y otra bien distinta es profesar la religión que les dé la gana. Una cosa es vivir en un país, y hablar la lengua materna de ese país, más si tienes esa nacionalidad, y otra es que si la tienes adquirida porque procedes de otro distinto, sigas queriendo ejercerla en tu casa, entre los tuyos, porque nada hay mejor que conservar las tradiciones y las culturas propias. Eso es lo correcto.

En Ceuta, se da esta circunstancia. Hay muchísimos españoles de religión musulmana, que quieren que sus hijos conozcan la lengua de sus antepasados porque eso es cultura y es una forma de no olvidar sus raíces. Son personas que por distintos motivos, prefirieron vivir aquí, y con el tiempo adquirieron la nacionalidad española. Por tanto son españoles con todas las consecuencias. Viven en España, Ceuta es España, y como tal tiene su lengua materna que es el castellano. Su deber como españoles es educar a sus hijos con la lengua y costumbres del país en el que viven, simultaneándolo si quieren con las costumbres y lenguas de las que provienen, a la vez que su religión.

Por eso no entendemos la mayoría de los ceutíes, que unas cincuenta personas se manifiesten pidiendo la protección del árabe ceutí y mediante firmas reclamar que en un futuro se incluya esta lengua en la reforma del Estatuto de Autonomía.

Flaco favor se le haría a un niño que empieza el colegio hablándole en esa lengua que han denominado árabe ceutí. Eso no existe. Es la deformación propia de usar el árabe mezclado con palabras castellanas, porque no encuentran traducción equivalente. A ese niño hay que hablarle en castellano, que es la lengua que viene en sus textos, porque está en España, y porque es lo que se va a encontrar a lo largo de su vida académica, esté donde esté dentro de todo el territorio español.

Otra cosa es que en su casa, sus padres y abuelos, le hablen en árabe, para que conozca la lengua de su procedencia. Como si lo matriculan en la escuela de idiomas, y a la vez aprende algún otro. El saber no ocupa lugar. Al contrario es enriquecedor. Así que los niños deben empezar su enseñanza en la lengua materna del país donde viven, sin importar que de puertas para adentro, se les enseñe otro idioma. Ya que se supone que sus padres, son españoles cosa que nada tiene que ver con la religión. Si fueran hijos de inmigrantes, lo entendería porque ellos si tienen otra lengua materna, y les es difícil hacerse a la nuestra, y a los libros de texto, pero estos en concreto, son hijos de españoles. Hijos de personas que viven aquí desde hace ya generaciones.

¡Basta ya! Siempre con las ambigüedades. Si vivimos en Ceuta y somos españoles, sólo hay una lengua: el castellano; ya seamos de religión cristiana, musulmana, hindú o judía.

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